martes, 4 de mayo de 2010

Caso Bolivia

La verdad es que analizar la realidad boliviana desde una óptica completamente imparcial es muy difícil, son ya varios años de separatismo acentuados ultimamente que evitan tener esta visión; hasta hace una década atrás el discurso separatista de las dos bolivias no sólo había comenzado, sino, había sembrado en un país en vías de desarrollo la discordia existente hoy en todas y cada una de las sociedades latinoamericanas, se decía entonces que las dos bolivias se conformaban por la clase oligarca y por la clase campesina; interesante para quienes no dominan ninguno de estos dos segmentos; suena hasta poético, no obstante, la Bolivia del medio quienes no tenian y no tienen tiempo para analizar estas aseveraciones, es decir, la tercera Bolivia aquella que no tiene tiempo para analizar la fortuna de los oligarcas y mucho menos tiempo para opinar acerca del berrinche generacional de la clase campesina; es quien suele pagar los platos rotos, la crisis de liderazgo representativo en mi país ha llegado al punto de inflexión en el cual no puede ser peor; entre el oligarca que puede subvencionar una y diez campañas y el campesino que grita y hace berrinche a 2000 decibeles; no se sabe cual es peor; porque la tercera Bolivia que es un sandwich entre uno y el otro no tiene representatividad, o al menos representatividad racional, no tiene tiempo pues debe trabajar, disfruta pero aun eso le toma el tiempo, vive con hipotecas y aunque tiene algunos beneficios fruto del esfuerzo por supuesto la mentalidad constructivista no le permite desperdiciar un minuto en política, o para ser mas sinceros aún tiene valores que van mas alla del abuso de poder (oligarcas) o del berrinche generacional (campesinos); a veces pienso que lo mejor que le puede pasar a Bolivia en medio de elecciones (múltiples ultimamente) es que en alguna de estas gane el voto Blanco o quizás el nulo (no es mala idea garabatear a los sinverguenzas que aparecen en las papeletas); pues la Bolivia del medio sigue creyendo en que el menos peor es el mejor; y que el sueño boliviano es mejor que el americano... Creo que es tiempo de meditar seriamente el tema, al menos sabemos aun queda gente con algo de valores, ganas de trabajar y disfrutar sanamente de pequeñas cosas...